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RV74 presenta Altin,
una oda al experimento.
La colección Orbite ilustra una serie de experimentos sobre los ensamblajes del metal, el junco, la tierra y la madera entre sí, sus reacciones y los puntos de equilibrio.
A través de esta primera colección, Altin evoca un viaje contemplativo donde cada objeto, más allá de los estereotipos de nuestra vida cotidiana, dibuja los contornos de un minimalismo orgánico que barre lo superfluo y pide con fuerza un retorno a lo esencial.
Altin evoca un viaje contemplativo: cada objeto trasciende los estereotipos, abrazando un minimalismo orgánico que rechaza lo superfluo.
Contornos de un minimalismo esencial:
Orbite invita a reflexionar y regresar a lo fundamental en nuestra vida cotidiana.
Altin evoca un viaje contemplativo: cada objeto trasciende los estereotipos, abrazando un minimalismo orgánico que rechaza lo superfluo.
Este escultórico aparador está elaborado artesanalmente en un junco tejido bajo un marco metálico, formando una doble fachada que permite que el aire circule por los diferentes niveles. Los diversos elementos del tablero de ajedrez de metal flotan como si no pesaran sobre la superficie de la acometida, recordando el patrón de paneles solares desplegando alrededor de un satélite. La naturaleza fría y rígida del metal armoniza con la delicada y cálida fragilidad del oleaje marino, mientras que el tratamiento de oxidación natural del metal rojo tierra crea patrones de anillos y cráteres en la superficie.
Con su estructura y tres pies firmemente anclados a la tierra, la consola Arche es una encarnación de resiliencia. Es fuerte, pero imperfecta. Tallada artesanalmente en madera de palma. Culminando en las extensiones arenosas del desierto tunecino, ha resistido la aridez, el calor y los limitados suministros de agua, pero preserva en su interior el recuerdo del oasis que un día habitó. Arche representa un rayo de esperanza en un entorno hostil.
Un ejemplo de la sinergia entre el metal y la tierra, una fusión poética de dos materiales fundamentales fijados por el fuego. La pantalla está hecha a mano con arcilla local de Sejnane, donde los alfareros han plasmado sus técnicas milenarias. Lleva impregnadas las distintivas marcas de fuego de la técnica tradicional de cocción al horno. La base de la lámpara presenta detalles de fusión y agregación en el metal, como si se hubiera solidificado naturalmente tras la acción del calor.
En madera de palma tallada a mano, se compone de formas redondeadas que resaltan el grano natural de la madera y se combinan para crear una forma primitiva que parece un personaje irreal y entrañable. La pieza se somete a un largo proceso de lijado y barnizado para fijar la capa superior de su fibra y mejorar su color único, que es diferente en cada árbol.
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